Diferencias a la hora de educar: cuando el papá y la mamá se contradicen




La mamá los deja sin ver televisión porque no hicieron sus deberes, pero cuando llega el papá del trabajo les levanta el castigo, porque ‘no era para tanto’...

¿Le suena conocida esta situación?


Aún en los matrimonios muy bien avenidos, existen diferencias -menores o mayores- desacuerdos y contradicciones cuando se trata de formar y aplicar normas a los hijos. Los permisos, el tipo de comida, las horas de televisión o el momento de irse a la cama son algunos de los temas que pueden convertir la relación entre los padres en un verdadero campo de batalla, en el que se lucha por tener la razón o decir la última palabra frente a los hijos. Lamentablemente, coinciden los especialistas, en este tipo de enfrentamientos ambos padres resultan perdedores, pues debilitan su autoridad y credibilidad frente a los hijos, que perciben rápidamente estas inconsistencias y terminan haciendo lo que a ellos les parece o bien, “apro-vechándose” del papá que parece más permisivo. Por otro lado, la relación de los esposos también suele verse afectada por los constantes roces, que van generando distanciamiento y problemas dentro de la pareja.

Diferencias naturales

Es nomal que existan diferencias entre los padres, especialmente si se toma en cuenta que cada uno proviene de una familia distinta, con normas que probablemente fueron diferentes y porque crecieron en contextos diferentes también. “La mayoría de las ideas acerca de cómo criar a los hijos proviene de la forma en que nosotros mismos fuimos formados”, .En ese contexto, es bastante frecuente que cada persona considere que su método o su estilo de enseñar a los hijos es el más adecuado. Cualquiera sea el caso, siempre es importante buscar puntos de acuerdo y apoyarse mutuamente, tratando de que ambos padres expliciten las razones que los llevan a tomar ciertas medidas en relación a los hijos. Si se tiene este tipo de conversaciones, en un contexto de calma (nunca en el mismo momento de una discusión) y sin los niños, es mucho más probable llegar a acuerdos que dejen conformes a ambos miembros de la pareja.“Hay que pensar siempre en el beneficio de los niños y aprender a ceder, cuando nos damos cuenta que el otro tiene buenos fundamentos. Aquí no se trata de hacer gallitos para ver quién gana, sino de determinar, en conjunto, cuáles son las normas que aportan positivamente a la formación de los hijos”. A pesar de todas las diferencias que puedan surgir, es imprescindible que los padres logren encontrar un punto de equilibrio. Para los hijos resulta bastante perjudicial tener padres que no están unidos en la crianza. Estar todo el tiempo recibiendo órdenes contrarias les crea una sensación de caos interno, los confunde y los estresa, porque no saben a quién hacerle caso. Finalmente, harán lo que ellos creen que es mejor. Además,aquellos padres que se desautorizan constantemente no pueden pretender después que sus hijos les obedezcan.

Llegar a acuerdos

Como primer paso, es necesario explicitar, delimitar o precisar ciertos aspectos en relación a las normas familiares. Por ejemplo, es probable que ambos padres consideren que no es conveniente que los hijos vean ‘mucha televisión’. Pero en la práctica, ¿cuánta es ‘mucha’ o ‘poca’ televisión para cada uno? ¿Treinta minutos? ¿Tres horas? Ser objetivos al momento de establecer un tiempo permitido facilita esta tarea.¿Qué tan importante es para ti que los niños se coman toda la comida? o ¿Cómo reaccionaremos cuando no lo hagan?, son algunas de las inquietudes que la pareja debiera resolver en conjunto, sin la presencia de los hijos. Y si, frente a una situación determinada, uno de los cónyuges toma una medida, el otro nunca debiera discutirla delante de los hijos, pues es fundamental que vean a sus padres unidos en la crianza y en el establecimiento de límites. Si existen diferencias, éstas deben conversarse luego, en privado.Al mismo tiempo, los padres deben poder ser flexibles cuando la situación lo amerite. Si los niños siempre se acuestan a las ocho, pero un día el papá llega de un viaje de varios días a las 8:30, se puede hacer una excepción. Hay que evitar caer en una rigidez extrema, porque eso sólo acentúa las diferencias paternas en vez de contribuir al bienestar familiar.Tampoco es conveniente decirle a los hijos frases del tipo: “tienes que comerte la comida, porque sino el papá te va a retar”. Los niños tienen que percibir que las reglas son establecidas por ambos padres y que tienen una razón de ser. Poner al otro cónyuge como el “malo de la película” (algunos padres hacen esto como una forma de ‘descansar’ en la autoridad del otro), debilita la autoridad de ambos.Si las diferencias de opinión son muy grandes, es aconsejable buscar la mediación de una tercera persona, que pueda dar una visión más objetiva. También es útil una orientación profesional o acudir a un taller para padres.

Cinco claves para unirse en la crianza

Establecer reglas claras y precisas:La familia debe contar con normas claras para establecer los límites a los hijos. Se recomienda establecerlas en conjunto, anticiparse a posibles situaciones conflictivas y dar a conocer estas reglas con anticipación a los niños

Respetar las diferencias en el estilo de crianza:
Lograr un punto de encuentro entre los distintos estilos de crianza implica respetar los valores e ideas de la pareja, algo completamente necesario, no sólo para el bienestar de los hijos, sino de la familia completa. Aunque uno de los padres tenga un estilo más estricto y el otro sea más flexible, se debe comenzar por reconocer ambas posturas como igualmente válidas y evitar imposiciones.

Buscar la cooperación mutua:
Cuando ambos padres sienten que su contribución a la crianza de los hijos es valorada, la relación de pareja se vuelve más cooperativa y menos conflictiva.

Discutir en privado:
Si hay desacuerdos, lo más apropiado es discutirlo en privado, y luego con una idea clara, informarle a los hijos la decisión final.

No dar malas señales:
Si uno de los miembros de la pareja no es respetuoso con el parecer del otro, los niños pueden aprender el mismo modelo.

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